Antes de seguir, quiero contarte algo de mí. Aunque nuestro contacto sea on line, me gustaría que supieras que hay alguien al otro lado, y que a ese alguien que soy yo, aunque te resulte difícil creerlo por ahora, le importa tu vida.
Me llamo Teresa Iribarnegaray, y el deseo de vivir a través de todo lo que hago, de lo que digo, de lo que soy, es una pasión que se ha ido haciendo más intensa en mí a lo largo de los años. Por decirlo de otro modo: cuando te hablo de aprender a vivir, te hablo de algo que interesa mucho a tu vida y a las de muchos otros seres humanos, sino también de algo que compruebo que sostiene mi vida cada día.
Aquí te voy a hablar de lo que sé, y no solo de lo que he oído. De lo que sé, y de lo que otras personas saben, no porque lo hayan oído decir, sino porque a ellas mismas les da vida en todos los momentos. También en esos más inciertos, temibles, los más oscuros que nos toca vivir. Y los viven de manera que, aprendiendo a vivir esos momentos díficiles, descubren la clave para vivir también los fáciles de manera consciente, esto es, agradecida.
Para presentarme te podría decir muchas cosas de mí, e irán saliendo unas cuantas a medida que nos conozcamos. Pero en primer lugar quiero decirte la más importante: creo en Jesús de Nazaret como referencia para vivir, como amor que llena la vida, como luz para el camino. Creo en él plenamente, y ha sido mirándole vivir a él, acompañada por él como he aprendido a vivir. De él he recibido todo lo bueno que hay en mi vida (empezando por mi marido, Iñaki, con quien comparto la vida y este precioso proyecto que es VivirVivir).
Y con esto ya te digo una segunda cosa: que cuando hablemos de vivir, estamos hablando de vivir al modo de Jesús de Nazaret. Con su modo libre, amoroso, pleno, gozoso, abierto y entregado. Con ese modo que ilumina la vida en todas sus dimensiones y nos enseña qué es la plenitud.
Desde este encuentro con Jesús, hace ya muchos años, se ha ido desplegando mi vida: de fuera a dentro, y de dentro hacia afuera, en el deseo de comunicar lo mucho, muchísimo que he recibido, tanto de Dios como de las personas.
He leído mucho, he escuchado mucho, me he formado mucho también (filosofía, espiritualidad, acompañamiento, psicología, la escuela de la vida, la contemplación del vivir en silencio) y me he hecho millones de preguntas, desde la intuición y la búsqueda de un camino de vida que dé vida. Ese camino, que desde hace ya muchos años ha ido tomando forma y color, ha iluminado rostros, ha despertado corazones, ha unido vidas y esperanzas en el deseo de darse a otros. Este camino es el que voy comunicando a través de esta web por medio del blog, de la formación, del acompañamiento, a través de retiros y ejercicios espirituales. Y sé que da vida, que hace crecer a las personas, que hace bien….
Esto es lo que me ha ido moviendo hasta llegar a VivirVivir: el deseo de comunicar a muchas personas tanta vida como he recibido. Hay personas que desean hacer un mundo mejor. Yo quiero colaborar a que la vida, empezando por el interior y alcanzando a todo, sea mejor. Eso es lo que me gustaría transmitirte, y que prendiera en ti. Porque la vida, si lo es de verdad, se multiplica cuando la transmites.